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Este blog es un espacio diseñado para los alumnos del nivel medio. Aquí encontrarán programas, contenidos y actividades de la asignatura Historia y Geografía. También podrán acceder a distintos recursos, diarios, películas, videos, textos, música y otros que contextualizan los temas desarrollados en clase.

Prof. Federico Cantó

lunes, 31 de marzo de 2014

PRIMERA GUERRA MUNDIAL


La Gran Guerra. La “Triple Entente” y los “Imperios Centrales”.

A partir de 1873 los Estados más poderosos promovieron acciones agresivas en su búsqueda  y consolidación  de zonas de influencia que les permitieran asegurarse mercados y materias primas. El capitalismo se extendía a todo el mundo  y su triunfo se presentaba como una victoria del progreso. Las naciones europeas habían vivido una época de crisis sucesivas y la guerra parecía inevitable. Con este fin fueron preparando sus ejércitos y aumentando sus arsenales a la vez que tejían redes de alianzas militares con las que poder hacer frente a sus enemigos, configurándose así dos bandos definidos.
Por un lado, la Triple Entente estaba compuesta por Francia, Gran Bretaña y Rusia, que habían forjado alianzas entre sí con la intención de poder defenderse de Alemania. El desarrollo industrial tardío había dejado relegada a Alemania en el reparto colonial y su poder y ambiciones despertaban el temor de la Triple Entente. La particularidad de esta alianza era que, en caso de guerra, Alemania se vería amenazada desde el este y el oeste.
Por otro lado, Alemania trataba de equilibrar la balanza con su propia red de alianzas, la de los Imperios Centrales (o Potencias Centrales), así llamados por su posición central en Europa. Esta alianza la componían el Imperio Alemán, el Imperio Austro-Húngaro e Italia.
Esta red de alianzas ocasionaría que, en caso de que uno de sus integrantes se viese agredido, arrastrara a sus aliados con él hacia la guerra. ¿Y qué ocurriría en el caso de que el agresor contase también con sus propios aliados? Pues que un pequeño conflicto local podría desembocar en una guerra continental. Y eso es lo que pasó.
































El asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria.

El atentado de Sarajevo fue el desencadenante de la Gran Guerra. En junio de 1914 fue asesinado en Sarajevo, ciudad ubicada al suroeste del imperio, el heredero de la corona austro-húngara. La sospecha de que Serbia había estado implicada en el asesinato del archiduque Francisco de Austria motivo a Austria-Hungría a presentarle un ultimátum para que Serbia dejase que la policía austro-húngara investigase en su nación. Serbia se negó a renunciar a su soberanía, y Austria-Hungría le declaró la guerra.
Rusia, protectora de Serbia, le declaró a su vez la guerra al Imperio Austro-Húngaro, y comenzó a movilizar su ejército. Alemania, aliada de Austro-Hungría, declaró la movilización general para hacer frente a los rusos. Francia, aliada de Rusia, se movilizó contra los alemanes, convirtiendo en realidad la guerra por dos frentes que los alemanes temían.
Para neutralizar lo antes posible la amenaza de una guerra por dos frentes, Alemania decidió invadir rápidamente a Francia y someterla, antes de que el gigante ruso tuviera tiempo de movilizar su vasto ejército. De esta forma, se enfrentaría a sus enemigos de uno en uno, en vez de simultáneamente. Pero para que ese plan tenga éxito, Alemania debía realizar dicha invasión por el flanco más débil de Francia, lo que implica la necesidad de atravesar Bélgica.
Bélgica se negó a dejar que los ejércitos alemanes pasen por su suelo, entonces Alemania decidió invadirla. Gran Bretaña, defensora de la neutralidad belga, tuvo así la excusa para declarar la guerra contra Alemania, y hacer frente común con Francia.
Italia, debido a un pacto secreto firmado anteriormente con Francia, declara su neutralidad en la guerra. Los Imperios Centrales pierden así a un aliado. Todos los ejércitos marchan al frente pensando que saldrían vencedores en un guerra corta.

La guerra de movimientos.

Los ejércitos alemanes invaden Bélgica y se adentran en Francia, siguiendo el Plan Schlieffen, cuyo objetivo era rodear por el norte a los ejércitos franceses, atraparlos en un cerco y destruirlos. Sin embargo, este movimiento envolvente es detenido por los franceses en la Batalla del Marne, cerca de Paris (septiembre de 1914). Los ataques frontales se revelaron sorprendentemente ineficaces, por parte de ambos bandos. Las cargas de caballería e infantería contra las posiciones enemigas, realizadas con la mentalidad de las guerras napoleónicas, son detenidas con abrumadora facilidad por un arma nueva que comienza a dominar el campo de batalla. La ametralladora. Así pues, se intenta recurrir a movimientos envolventes nuevamente, para evitar los asaltos frontales.
Los alemanes maniobran para intentar volver a rodear a los franceses, y éstos maniobran para impedírselo. Ambos bandos compiten en una “carrera hacia el mar”, esperando poder flanquear al otro antes de que el Canal de la Mancha les cierre el paso. Ninguno lo consigue. La “carrera hacia el mar” termina en empate, y el frente se extiende ahora ininterrumpidamente desde el mar del Norte hasta los Alpes suizos.
No es posible realizar más movimientos envolventes, no hay espacio por donde poder intentarlo. Tan sólo es posible hacer ataques frontales. Pero la omnipresente ametralladora convierte eso en una tarea imposible. ¿Qué hacer, entonces?

La guerra de trincheras.

Nadie pensó nunca que la ametralladora cambiaría la forma de hacer la guerra. Por tanto, nadie sabía qué hacer ahora. Los asaltos al estilo napoleónico eran un suicidio, las ametralladoras barrían a los soldados. Así que se pensó que la solución podría estar en usar la artillería para abrir brechas en el impenetrable frente, por la que podrían penetrar los soldados y poner fin así a esta situación.
Pero los defensores no sólo tenían ametralladoras. Tenían palas también. Y cavaron pozos y trincheras, donde podrían protegerse de los bombardeos. Cuando el fuego de artillería cesaba, tan sólo tenían que volver a asomar sus ametralladoras, y una vez más barrer a los confiados asaltantes.
Los generales, aún desconcertados, pensaron que la solución tendría que ser tecnológica. Aumentaron el calibre y poder destructivo de la artillería, pero los defensores reaccionaban construyendo trincheras más profundas, más sofisticadas y mejor fortificadas. Desarrollaron nuevas armas, como letales gases químicos destinados a matar a los ocupantes de las impenetrables trincheras, para poder así luego conquistarlas sin oposición; pero los defensores comenzaron a llevar máscaras antigás que les protegían de sus nocivos efectos.
Ambos bandos estaban perplejos. La guerra había evolucionado a un tipo de conflicto desconocido hasta ahora, y nadie sabía cómo adaptar sus antiguas tácticas y estrategias militares. Nadie podía seguir avanzando. Nadie podía conquistar, nadie podía vencer. El frente occidental se tornó estático, impenetrable, inamovible.

El Frente Oriental.

Mientras tanto, los rusos se habían movilizado antes de lo que calculó el Estado Mayor alemán, y se lanzaron a invadir la Alemania oriental. Las fuerzas germánicas orientales eran inferiores en número, pero contaban con una ventaja. Los rusos usaban la radio (una tecnología relativamente nueva) con demasiada despreocupación, pues no se molestaban en cifrar sus comunicaciones. Los alemanes sólo tenían que interceptar sus transmisiones, y así poder enterarse de todo lo que estaban haciendo.
Con esta ventaja de su parte, los alemanes, dirigidos por Hindenburg y Ludendorff, interceptaron el avance ruso en Prusia Oriental, en la Batalla de Tannenberg (1914). A pesar de su amplia superioridad numérica, los rusos fueron derrotados con extraordinaria contundencia. A partir de entonces, los alemanes infligieron a los rusos constantes derrotas, haciéndoles perder numerosas tropas y llevándolos al borde del colapso.
Debido a la gran pérdida de soldados rusos, la situación de la Rusia zarista llegaría a ser insostenible. El pueblo ruso deseaba salir de una guerra que sólo le traía desastres. Ello propiciaría la revolución socialista de octubre de 1917. Cuando Lenin tomó el poder en 1917, firmó la paz de Brest-Litovsk, entregándole al Imperio Alemán múltiples territorios.
Desde finales de 1914, el Frente Occidental era una larga línea de trincheras que se extendía desde el Canal de la Mancha hasta Suiza. Los intentos de abrir brecha se convertían en un derroche de hombres y material, y no llevaban a ninguna parte.
Si el Frente Occidental era impenetrable, habría que abrir nuevos frentes, atacando así por otros ángulos menos fortificados, y atrayendo recursos del enemigo a esos frentes. Para abrir esos nuevos frentes se buscaron nuevos aliados. Japón entra en guerra a favor de la Entente en 1914, atacando las colonias alemanes del Pacífico, convirtiendo así la guerra continental en una guerra mundial.
Italia, tras declarar su neutralidad, protagonizará un cambio absoluto de bando cuando, en 1915, también entre en guerra, aliándose con la Entente, amenazando así a Alemania y Austria-Hungría por un nuevo frente en el sur. Sin embargo, los Imperios Centrales también sumarían nuevos aliados. El Imperio Otomano se había aliado a Alemania, amenazando el control colonial británico de Oriente Próximo, y Bulgaria se sumaría a su red de aliados en 1915. Ambos bandos incrementaban así sus efectivos.
Por otra parte, la lucha en los frentes coloniales (por África y Asia) no atrajo demasiados efectivos del Frente Occidental que se quería debilitar, pues éste fue siempre considerado prioritario. Allí se decidía todo, y por ello los frentes coloniales fueron siempre secundarios.
Finalmente, en Alemania se llegó a la conclusión de que la guerra estaba tan equilibrada que sólo podía ganarse por medio de la estrategia del desgaste. Infligir una gran cantidad de pérdidas al enemigo, que resultase mucho mayor que las propias, sería lo que decidiría la contienda. Siguiendo este razonamiento, los alemanes lanzaron, en el Frente Occidental, una ofensiva que desembocaría en las batallas del Somme y Verdún, al noreste de Francia, en 1916. Estas batallas fueron las más largas y sangrientas de la primera guerra mundial.
El objetivo era infligir al enemigo el triple de pérdidas que sufrieran los alemanes. Sin embargo, las pérdidas francesas (275.000 muertos) apenas superarían a las alemanas (240.000 muertos). La estrategia del desgaste tampoco estaba pareciendo funcionar.

Guerra en el mar.

Sólo hubo una gran confrontación naval en esta guerra, y fue la Batalla de Jutlandia (1916). Las flotas británica y alemana, con una fuerza pareja, entablaron combate en el Mar del Norte, terminando la confrontación sin un vencedor claro. Sin embargo, los barcos germánicos regresarían a sus puertos y no volverían a intentar disputar el control británico de los mares.
El Alto Mando alemán abandonaría la guerra convencional marítima, y traerían el concepto de la “guerra de desgaste” de la tierra al océano. Lo que pretenderían desgastar ahora serían las líneas de suministros marítimas de la Entente, con la intención de que ello debilitara a Gran Bretaña y colapsasen las trincheras de Francia. Para ello recurrirían a los submarinos y atacarían a sus buques mercantes. Sin embargo, buques mercantes de los países neutrales jugaban un papel importante en mantener esas líneas de suministros. En 1917 Alemania declaró una guerra submarina contra los buques de cualquier nacionalidad. El hundimiento de un buque mercante norteamericano provocó el ingreso de los Estados Unidos a la  guerra contra Alemania en 1917.
Rusia, tras sus descalabros militares, firmó la paz con Alemania, entregándole territorios. Esto liberó a las tropas germánicas orientales, que pudieron reforzar ahora el sufrido Frente Occidental con nuevos efectivos, entre los cuales figurarían reclutas de los nuevos territorios cedidos por Rusia. Con tantos recursos reconcentrados en el oeste, Alemania empezaba ahora a tener la balanza inclinándose a su favor.
Además, la Batalla de Caporetto, en la frontera austroitaliana, hizo derrumbarse parte del frente italiano. Los alemanes y austro-húngaros conquistaron territorios y capturaron miles de prisioneros, antes de que los italianos lograsen levantar una nueva línea defensiva. La Entente tuvo que desplazar recursos al frente italiano para ayudar a cerrar esta brecha, repercutiendo en el debilitamiento de la Entente en el Frente Occidental.
Así pues, Alemania se encontró con una transitoria superioridad de medios y efectivos en el Frente Occidental. Pero tenía que darse prisa en aprovecharla porque el gigante industrial, Estados Unidos, se unía ahora a la Entente con multitud de tropas frescas e inmensos recursos materiales.

El fin de la guerra.

En 1918, dirigidos por Ludendorff, los alemanes intentaron usar su transitoria superioridad, antes de que fuese demasiado tarde. Adaptándose por fin a las exigencias de una guerra industrial, llevaron a cabo nuevas tácticas, usando tropas especializadas y concentrando sus efectivos en puntos clave del frente, por los que lograron penetrar y empujar hacia atrás a la Entente. Sin embargo, el ejército alemán estaba demasiado exhausto por cuatro años de conflicto, y no tuvo la fuerza suficiente para aprovechar estas victorias. Sin poder rematar a la Entente, ésta se recuperaría de estas derrotas, y empezaría a presionar hacia delante, con los refuerzos enviados por Estados Unidos.
Alemania vio que la derrota era cuestión de tiempo. Su ejército estaba agotado. Y por si fuese poco, sus aliados estaban desmoronándose en otros frentes, ante la presión de la Entente y sus aliados. Las líneas alemanas amenazaban con romperse en cualquier momento.  Así pues, viéndose incapaces de seguir luchando, los germánicos pidieron un armisticio. Ningún enemigo había pisado aún suelo alemán.
Los vencedores excluyeron de las negociaciones de paz a los vencidos. Cuando estuvo completa, en 1919, simplemente le presentaron a Alemania el tratado de paz de Versalles para que lo firmase. Los alemanes se sintieron indignados al leer el tratado. No sólo perdían los territorios ganados a Rusia en el tratado de Brest-Litovsk, sino que además perdían parte de sus territorios originales. Especialmente ofendidos se sintieron con el llamado “corredor polaco”, una franja de tierra otorgada a Polonia que dividía a Prusia Oriental del resto de Alemania. Además, se vieron obligados a pagar a los vencedores unas reparaciones de guerra desorbitadas. Y se les exigía entregar casi toda su flota, y reducir permanentemente su ejército a 100.000 soldados, una cifra minúscula.
Los germánicos considerarían el Tratado de Versalles una enorme injusticia. Humillados, su resentimiento sería el caldo de cultivo idóneo para hacer crecer deseos de revancha. 

Consecuencias.

De la Paz de Versalles nacería una nueva Europa. El Káiser Guillermo II abdicó y el Imperio Alemán se transformó en una República. Austria-Hungría se desintegró en pequeños países. Un cinturón de estados-tapón (nacidos a partir de antiguos territorios alemanes y rusos) se levantó delante de la Rusia Comunista, debido al temor que despertaba a las potencias occidentales. Las cesiones territoriales de los vencidos, junto a la posición expresada por el presidente estadounidense Wilson, de que cada nación tenía derecho a formar un Estado independiente, dio lugar a una profunda remodelación de Europa: El Imperio turco desapareció casi por completo, quedando reducido sólo a la actual Turquía. Otras remodelaciones territoriales tenían como objetivo aislar a la nueva Rusia revolucionaria. Por ello, se creó una gran Polonia y una gran Rumania.
Europa se encontró agotada y devastada por la guerra, lo cual marcó su declive a nivel mundial. Sus industrias y ciudades quedaron destruidas. El saldo de víctimas fue de diez millones de muertos y millones de heridos y mutilados.
Estados Unidos y Japón se alzaron como nuevas potencias hegemónicas. A instancias del presidente norteamericano, Wilson, se crea la Sociedad de las Naciones, antecesora de las Naciones Unidas.

Actividades: 

1) Describí el contexto mundial en el que se produce la Gran Guerra.
2) Identificá el detonante que provoca la Gran Guerra.
3) Diferenciá los grupos de países que se que se enfrentaron en la guerra.
    4) Describi los frentes de combate en los que se desarrolla la contienda.
5) Identificá adelantos técnicos que se aplicaron a la guerra.
6) Explicá en que consiste el tratado de Versalles.
7) Realizá una lista con las consecuencias que produjo la Gran Guerra.
8) Investigá que nuevos estados se forman en Europa luego de la guerra.












domingo, 30 de marzo de 2014

El Congreso de Viena y la Santa Alianza.

 El Congreso de Viena y la Santa Alianza.

Tras la caída de Napoleón Bonaparte en 1815, los antiguos monarcas o sus sucesores directos volvieron a ocupar los tronos de Europa. Desde allí quisieron borrar las huellas de la Revolución Francesa y del Imperio, restaurando el orden tal como era antes de 1789. Este período es conocido con el nombre de la Restauración.
Los vencedores impulsaron un reordenamiento general de los regímenes políticos y de las fronteras europeas. Para llevar a cabo esta complicada tarea, los más hábiles diplomáticos de la época, bajo el liderazgo del canciller austríaco von Mettermich se reunieron en Viena. Los principales objetivos del Congreso que se realizó en esta ciudad fueron restablecer el principio de legitimidad (es decir, reinstalar en el poder a las antiguas dinastías reinantes – consideradas legítimas- que habían sido destronadas por los ejércitos de Napoleón) y asegurar el mantenimiento de la paz dentro del nuevo equilibrio territorial, evitando el predominio de un Estado sobre los otros.
Para garantizar la perduración del orden restaurado y la ayuda mutua entre los monarcas se creó la Santa Alianza, formada por Rusia, Prusia y Austria – luego se le sumó Francia-. Estos países, defensores de los regímenes absolutistas de origen divino, se comprometieron a intervenir en los países donde se desatara un movimiento revolucionario.
Aunque con las medidas adoptadas los diplomáticos reunidos en Viena confiaban en haber terminado para siempre con el ímpetu revolucionario, los cambios sociales, jurídicos y políticos nacidos de la revolución eran sólidos y profundos.
El liberalismo y el nacionalismo, dos herederos de la revolución, cuestionaron los principios básicos de la Restauración: tanto la legitimidad de las monarquías absolutas como la arbitrariedad del nuevo equilibrio, construido a espaldas de los ciudadanos. Por eso, el nuevo orden resultó conflictivo y débil, durante las décadas siguientes una oleada de revoluciones sacudió sus cimientos.
En España, en 1815 la corona pasó a Fernando VII, el hijo de Carlos IV, que había sido depuesto por Napoleón. Francia perdió los territorios conquistados en la guerra y sus fronteras volvieron a ser como en 1789, además se restauró la monarquía, que recayó en Luis XVII.
Los intentos por restaurar el viejo orden chocaron con los cambios que había impulsado la Revolución Francesa y la industrialización. Estos choques se transformaron en estallidos revolucionarios que recorrieron Europa en 1820, 1830 y 1848.

Actividad: El Congreso de Viena.

1. Describí los objetivos del Congreso de Viena y la Santa Alianza.

2. Definí el concepto de Restauración.

viernes, 28 de marzo de 2014

DIRECTORIO SUPREMO DE LAS PROVINCIAS UNIDAS.

El Directorio.

La Asamblea resolvió a fines de enero de 1814 crear un poder ejecutivo unipersonal con el título de Director Supremo de las Provincias Unidas. El cargo fue ocupado por Gervasio Antonio de Posadas. La situación exterior empeoraba. Mientras trabajaba para armar una flota de guerra, Posadas apuró las operaciones frente a Montevideo. El Directorio declaró a Artigas fuera de la ley y designa a Alvear, el más intransigente de los porteños como jefe del ejército sitiador. Alvear logra entrar en Montevideo en Junio de 1814 y expulsa a los españoles, sin embargo los orientales se oponen al centralismo porteño.

Para algunos era necesario resistir como hasta entonces; para otros era inevitable acudir al auxilio de alguna potencia extranjera. Alvear sostenía que Gran Bretaña debía ser esa potencia. San Martín, en cambio, creía que la solución residía en una audaz operación militar envolvente para aniquilar a los realistas del Perú. 

San Martín logró cierta autonomía para preparar en Cuyo la expedición a Chile y al Perú. Alvear, por su parte, buscó contactos diplomáticos destinados a obtener la ayuda inglesa a cualquier precio. La mayoría de la población y especialmente en las provincias veían en esa maniobra derrotismo y traición. Artigas encabezó la resistencia y las provincias de la Mesopotamia argentina cayeron bajo su influencia política.

En enero de 1815 Alvear sucede a Posadas como Director Supremo. Los pueblos del interior no ocultaban su descontento con Buenos Aires y el 3 de abril de 1815 se rebela el ejército con que Alvear contaba para reprimir la insurrección de los santafesinos apoyados por Artigas. La crisis se precipitó. Alvear renunció, la Asamblea fue disuelta y el mando supremo fue encomendado a Rondeau. 

El retorno de Fernando VII al trono español en 1815 aumentó la incertidumbre de los patriotas. Era visible que el país marchaba hacia la disolución del orden político vigente desde mayo de 1810. A esta crisis interna se agregaba la crisis exterior. La frontera del norte había quedado a cargo de los guerrilleros de Martín Miguel de Güemes y se temía una ofensiva realista definitiva. En Venezuela, Chile y México los movimientos revolucionarios habían sido sofocados por los españoles. La amenaza era grave, y para afrontarla el gobierno convocó a un congreso que debía reunirse en la ciudad de Tucumán.

Ante la convocatoria se definieron las posiciones encontradas. Un grupo de diputados, adictos al gobierno de Buenos Aires, apoyaría un régimen centralista. En tanto que otro, fiel a las ideas de Artigas, propondría un régimen federal. El enfrentamiento enfrentaba a dos concepciones políticas y económicas de país. La riqueza fundamental era, cada vez más, el ganado que se reunía en las grandes estancias por millares de cabezas, y del que se obtenían productos exportables. Buenos Aires recogía a través de su aduana importantes ingresos que contribuían a acentuar las diferencias que la separaban de las demás provincias. Los pueblos del interior adherían al federalismo que proponía la nacionalización de la Aduana y las autonomías provinciales. 

El Congreso no contó con representantes de las provincias litorales, en abierto estado de sublevación. Los que llegaron a Tucumán se constituyeron en Asamblea en marzo de 1816. El 3 de mayo se eligió Director Supremo a Juan Martín de Pueyrredón y el congreso, presionado por San Martín se propuso a decidir la suerte de la nueva nación. El 9 de julio, el congreso declara solemnemente que era “voluntad unánime  e indubitable de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojados e investirse del alto carácter de nación libre e independiente del Rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli y a toda otra dominación extranjera”. 

Si hubo unanimidad para la declaración de independencia no la hubo, en cambio, respecto a la forma de gobierno que adoptarían las Provincias Unidas. El problema entre Buenos Aires y las provincias del litoral que adherían a la política de Artigas se acentuaba. La situación se agrava aún más con la invasión de la Banda Orienta por los portugueses, promovida desde Buenos Aires, frente a la cual Artigas combatía sólo. La unidad del país peligraba cada vez más.
San Martín había terminado sus preparativos en Cuyo y comenzó su temeraria operación de cruzar la cordillera de los Andes. El 12 de febrero de 1817 cayó sobre el ejército español en Chacabuco y lo derrota. Así comenzó la crisis del poder español en Chile.
Entre Ríos y Santa Fe aceptaron la autoridad de Artigas y desafiaban a Buenos Aires. Frente a las fuerzas del litoral, el Directorio se veía cada vez más débil. Corrientes bajo la autoridad del caudillo artiguista Andresito, Entre Ríos gobernada por Francisco Ramírez y Santa Fe por Estanislao López, formaban un vigoroso bloque con la Banda Oriental, encabezada por Artigas.

En 1819, el congreso nacional, que ahora sesionaba en Buenos Aires, había sancionado una carta constitucional para las Provincias Unidas, inspirada en principios aristocráticos y centralistas. La crisis no se hizo esperar. Las tropas santafesinas y entrerrianas se dirigieron a Buenos Aires en octubre de 1819 y el Directorio no vaciló en solicitar la ayuda de las tropas portuguesas que ocupaban Montevideo. 

Rondeau, sin el apoyo del ejército del Norte enfrentó a las tropas del litoral el 1° de febrero de 1820 en la cañada de Cepeda: su derrota fue definitiva. Los vencedores exigieron la desaparición del poder central, la disolución del Congreso y la plena autonomía de las provincias. Con el tratado de Pilar comienza una nueva etapa: la desunión de las provincias, durante la cual los grupos regionales, grupos económicos y los grupos ideológicos opondrían sus puntos de vista para encontrar una nueva fórmula para la unidad nacional.

Actividad: El Directorio.

1. Identificá las posiciones de San Martín y Alvear frente a la amenaza realista.
2. Nombrá los sucesos externos que complican la situación revolucionaria en las Provincias Unidas.
3. Establecé los acuerdos y diferencias que se producen en el congreso de Tucumán.
4. Justificá la siguiente afirmación: “La política del Directorio llevó a la ruptura de la unidad de las Provincias Unidas.”
 5. Organizá una línea de tiempo política entre 1810-1820.

miércoles, 26 de marzo de 2014

1° Y 2° TRIUNVIRATOS- GOBIERNOS PATRIOS

El Triunvirato.

El Primer Triunvirato fue el órgano ejecutivo que reemplazó a la Junta Grande y gobernó las Provincias Unidas del Río de la Plata entre el 23 de septiembre de 1811 y el 8 de octubre de 1812. Originalmente, estaba formado por Feliciano Chiclana, Manuel de Sarratea y Juan José Paso.
Rivadavia apoyaba las ideas morenistas, se advirtió en los artículos de La Gaceta, inspirados o escritos por Monteagudo; en el estímulo a la biblioteca pública; en el desarrollo de la educación popular y también en las medidas políticas del Triunvirato: por una parte, la disolución de la Junta Conservadora, en la que habían quedado agrupados los diputados del interior, y por otra, la supresión de las juntas provinciales que aquella había creado fueron sustituidas por un gobernador designado por el Triunvirato.
Una acción tan definida debía originar reacciones. El cuerpo de Patricios se sublevó y poco después estuvo a punto de estallar una conspiración dirigida por Álzaga. En ambos casos fue inexorable la reacción del Triunvirato, los conspiradores fueron condenados a muerte.
El 24 de septiembre Belgrano detuvo la invasión realista en la batalla de Tucumán: poco antes había izado por primera vez la bandera azul y blanca para diferenciar a los ejércitos patriotas de los que ya consideraba sus enemigos.
También amenazaban los realistas desde Montevideo. Un ejército había llegado desde Buenos Aires para apoderarse del baluarte enemigo y había logrado vencer a sus defensores. Montevideo fue sitiada y los realistas derrotados nuevamente en el cerrito a fines de 1812. Quedaba el peligro de las incursiones ribereñas de la flotilla española, y el Triunvirato decidió crear un cuerpo de granaderos para la vigilancia costera.
La tarea de organizarlo fue encomendada a José de San Martín, militar criollo recién llegado de Londres, después de haber combatido en España contra los franceses, en compañía de Carlos María de Alvear y Matías Zapiola.  A poco de llegar se a habían agrupado en una sociedad secreta, la Logia Lautaro, de influencia latinoamericana y con orientación liberal que tenía como fin la unificación de las luchas de independencia para emancipar a América de los españoles. Los ideales emancipadores coincidían con los de la Sociedad Patriótica que encabezaba Monteagudo y se expresaban en el periódico Mártir o Libre. La Sociedad Patriótica había sido fundada por Manuel Moreno, cuando su hermano Mariano Moreno fue desplazado de la Primera Junta; el objetivo de este grupo era impulsar la idea de independencia.
Territorio de las Provincias Unidas.1813
El 8 de octubre de 1812, los cuerpos militares cuyos jefes respondían a la Logia Lautaro provocaron la caída del gobierno acusándolo de debilidad frente a los problemas exteriores y establecen el Segundo Triunvirato. Ciertamente, el nuevo gobierno vio triunfar a sus fuerzas en la batalla de San Lorenzo y la de Salta. Entre las exigencias de los revolucionarios de octubre estaba la de convocar una Asamblea General Constituyente, y el 31 de enero de 1813 el cuerpo se reunió en el edificio del antiguo Consulado.
Entonces estalló el conflicto entre Buenos Aires y las provincias, al rechazar la Asamblea las credenciales de los diputados de la Banda Oriental, a quienes inspiraba Artigas y sostenían la tesis federalista. Pese a esta situación la Asamblea, sin declararlo explícitamente, afirmó la independencia y soberanía de la nueva nación: suprimió los signos de dependencia política en los documentos públicos y las monedas, consagró la canción de Vicente López y Planes como himno nacional, suprimieron los títulos de nobleza, otorgaron la libertad de vientres a los hijos de esclavos, suprimieron la Inquisición y prohibieron los instrumentos de tortura.
Pero a medida que pasaban los meses la situación ensombrecía. Alvear y sus amigos impulsaban el centralismo porteño despertando la desconfianza de los jefes que surgían en la campaña y el interior. En las fronteras los realistas derrotaban al ejército del Alto Perú comandado por Manuel Belgrano entre octubre y noviembre de 1813.  Ante esta situación la Asamblea resolvió a fines de enero de 1814 crear un poder ejecutivo unipersonal con el título de Director Supremo de las Provincias Unidas.

Actividad: El triunvirato.

1. Identificá los intereses a los que respondían el primer y segundo triunvirato.
2. Describí como se desarrolla el enfrentamiento con las tropas realistas durante este período.
4. Justificá la siguiente frase: “La Asamblea del año 13 cumple parcialmente con su objetivo”
3. Explicá el motivo que enfrenta a Buenos Aires y el resto de los territorios.


martes, 25 de marzo de 2014

PRIMERA JUNTA Y JUNTA GRANDE

 Gobiernos patrios entre 1810 y 1820.
Fuente: ROMERO, José Luis. Breve historia de la Argentina. Tierra Firme. 1996. Pgs.203

Primera Junta y Junta Grande.

No bien entró en funciones la Junta comprendió que el primero de los problemas  que debía afrontar era el de las relaciones con el resto del Virreinato, y como primera providencia invitó a los cabildos del interior a que enviaran sus diputados.  Montevideo, Asunción, Córdoba y Mendoza se mostraron hostiles a Buenos Aires. Como era seguro que habría resistencia, se dispuso enseguida la organización de dos expediciones militares al Paraguay y el Alto Perú. 
Moreno procuró salir al paso de todas las dificultades con un criterio radical; propuso enérgicas medidas de gobierno, mientras redactaba diariamente los artículos de la Gazeta de Buenos Aires, que fundó la Primera Junta para difundir sus ideas y sus actos orientados hacia una política liberal.
Moreno veía la revolución como un movimiento criollo. Pero Moreno pensaba que el movimiento de los criollos debía canalizarse hacia un orden democrático a través de la educación popular, que permitiría la difusión de las nuevas ideas. Frente a él comenzaron a organizarse las fuerzas conservadoras, para las que el gobierno propio no significaba sino la transferencia de los privilegios de que gozaban los funcionarios y los comerciantes españoles a los funcionarios y hacendados criollos que se enriquecían con la exportación de productos ganaderos.
Los intereses y los problemas se entrecruzaban. Los liberales y los conservadores se enfrentaban por sus opiniones; pero los porteños  y las gentes del interior se enfrentaban por la hegemonía política heredada del Virreinato y las ventajas económicas que proporcionaba el control de la aduana porteña.
La expedición militar enviada al Alto Perú para contener a las fuerzas del Virrey de Lima consiguió sofocar en Córdoba una contrarrevolución y su cabecilla, Liniers, fue fusilado. Pero los sentimientos conservadores predominaban en el interior, de modo que cuando Moreno comprendió la influencia que ejercerían los diputados que comenzaban a llegar a Buenos Aires, se opuso a que se incorporaran a la Junta de Gobierno.
La hostilidad entre los grupo estalló entonces. Saavedra aglutinó a los grupos conservadores y Moreno renunció a su cargo el 18 de diciembre. La expedición enviada al Paraguay fue derrotada, y, al comenzar el año 1811, el optimista entusiasmo de los primeros días comenzó a ceder frente a los peligros que la revolución tenía que enfrentar dentro y fuera de las fronteras.
Tras la renuncia de Moreno, los diputados provincianos se incorporaron a la Junta conformando la Junta Grande. Los morenistas tuvieron que abandonar sus cargos, pero sus adversarios no pudieron  evitar el desprestigio que acarreó al gobierno la derrota de Huaqui, en el alto Perú frente a las tropas realistas, en junio de ese año. La situación hizo crisis al conocerse la noticia en Buenos Aires un mes después. Los morenistas, entonces recuperaron el poder y crearon un poder ejecutivo de tres miembros, el Triunvirato, uno de cuyos secretarios fue Bernardino Rivadavia.

Actividad:
1. Identificá cuales son los problemas y conflictos que se suceden en este período.
2. Diferenciá los dos “partidos” que se enfrenten y a que intereses representan.

3. Describí las medidas de gobierno en este período.

domingo, 23 de marzo de 2014

CAUSAS INTERNAS Y EXTERNAS DE LA EMANCIPACIÓN DEL VIRREINATO DEL RIO DE LA PLATA

Causas internas y externas de la emancipación.

El Virreinato del Río de la Plata durante la primera década de 1800 debió hacer frente a situaciones internas y externas que pusieron en tensión a la sociedad colonial e impulsaron un proceso de emancipación.

Al comenzar el siglo XVIII Europa se encontraba agitada por las guerras que enfrentaban a la Francia de Napoleón e Inglaterra. España era un imperio en decadencia que había caído bajo la influencia francesa. En 1805 se produjo la batalla de Trafalgar donde la fuerza naval franco-española fue aplastada por la armada real británica. Esta batalla delimitó las nuevas fronteras de la guerra. Francia se hizo fuerte en el continente europeo, sin embargo, los mares quedaron bajo el absoluto dominio británico. Por su parte, España con su flota destruida, se mostró incapaz de sostener el monopolio comercial con sus colonias. El Virreinato sufría el desabastecimiento de toda clase de productos como consecuencia de las guerras napoleónicas.

Francia, liderada por Napoleón Bonaparte, en 1806 dispuso el bloqueo continental de los puertos a los productos británicos con el objetivo de asfixiar económicamente a Gran Bretaña. Los ingleses, que se encontraban en pleno desarrollo de la revolución industrial se vieron forzados a buscar nuevos mercados donde volcar su producción. Las desabastecidas colonias españolas en Sudamérica, y en especial las del Río de la Plata, fueron vistas por los británicos como un destino alternativo  para expandir su comercio. En este contexto se produjeron las invasiones inglesas al Río de la Plata.

El 24 de junio de 1806, una fuerza de 1500 hombres al mando del general Beresford desembarcó en las costas de Quilmes iniciando la marcha hacia Buenos Aires donde ocupó el fuerte. El Virrey abandonó la ciudad, se dirigió a Córdoba y luego a Montevideo. Beresford con el fin de despertar la simpatía de los porteños decretó el reglamento de libre comercio y la reducción de los impuestos de aduana sobre las exportaciones e importaciones.

Sin embargo, la mayoría de la población no ocultó su hostilidad y organizó la resistencia. El comandante del fuerte de Ensenada, Santiago de Liniers, se trasladó a Montevideo donde organizó un cuerpo de tropas con el que atacó el fuerte de Buenos Aires. El 12 de agosto Beresford presentó su rendición.

Ante la ausencia del Virrey un cabildo abierto reunido el 14 de agosto encomendó el mando militar a Liniers desoyendo las protestas de Sobremonte desde Montevideo. Ante la amenaza de un nuevo ataque británico, Liniers organizó a la población civil en milicias para la defensa de la ciudad. Los nativos de Buenos Aires formaron el cuerpo de Patricios, con los del interior se formó el cuerpo de Arribeños, así fueron formándose los de Húsares, Pardos y Morenos, Catalanes, Gallegos, Andaluces, Cántabros y Montañeses. Todos los vecinos se movilizaron para la defensa, también participaron los esclavos.

Liniers, impuesto por la voluntad popular, dispuso el principio democrático de que los integrantes de cada cuerpo eligieran a sus jefes y oficiales. A comienzos de febrero de 1807 llegaron noticias de que una nueva expedición inglesa había tomado Montevideo. El 10 de ese mes Liniers convocó a una junta de guerra que, en una medida sin precedentes, decidió deponer al Virrey Sobremonte en vista de su fracaso también en Montevideo. El gobierno recayó en la Audiencia de Buenos Aires.

El 28 de junio de 1807 el general británico Whitelocke desembarcó en la Ensenada de Barragán con una fuerza de 10.000 hombres. La ciudad, bajo la dirección del Alcalde Martín de Álzaga, se fortificó. Liniers, organizó las milicias y Buenos Aires resistió la invasión. La lucha fue dura y el 6 de julio Whitelockle pidió la capitulación. Los ingleses debieron abandonar sus posiciones en el Río de la Plata.

 Sin lugar a dudas, las invasiones inglesas de 1806 y 1807 habían puesto en evidencia la debilidad de la metrópoli española para defender sus colonias. La población debió hacerse cargo de la defensa de la capital del Virreinato, Buenos Aires. El éxito obtenido al expulsar al invasor británico sin apoyo de la Metrópoli abonó el terreno para las ideas de cambio que proponía la ilustración impulsadas por el sector criollo. La idea de independencia circulaba en las terturlias, reuniones sociales, a veces de manera oculta, como el caso de la jabonería de Vieytes; en otros casos de manera abierta, como en el caso del Café de Marco.

Mientras tanto en Europa continuaba la guerra. En 1808, el ejército napoleónico decidió invadir Portugal, aliado de Inglaterra, para concretar el bloqueo continental burlado por los portugueses. Francia estableció un pacto con Carlos IV, rey de España, para que sus ejércitos atravesaran el territorio español con el fin de invadir por tierra a Portugal. El pueblo español frente al avance de las tropas napoleónicas se siente traicionado por su rey y se produce una rebelión popular. El pueblo exige que el rey abdique en favor de su hijo Fernando VII.

Frente a esta situación Napoleón interviene dispuesto a apropiarse del trono español. Tomó prisioneros a Carlos y Fernando, y coronó a su hermano José Bonaparte como Rey de España. El pueblo desconoció la autoridad de José Bonaparte y entre tanto formó una Junta Central de Gobierno en la ciudad de Sevilla hasta que Fernando VII regresara al trono.

En 1808, la Junta Central de Sevilla, legitima la autoridad de Santiago de Liniers como Virrey interino. En el Río de la Plata las invasiones inglesas y la situación europea pusieron en  efervescencia a la población.  En 1809 la Junta Central reemplaza a Liniers por Baltasar Hidalgo de Cisneros como Virrey del Río de la Plata. El enfrentamiento entre criollos y el grupo privilegiado formado por los españoles peninsulares se puso de manifiesto entre los partidarios del libre comercio, hacendados criollos principalmente, y los defensores del monopolio comercial, comerciantes peninsulares.

Esta tensión se reflejó en un informe escrito por Mariano Moreno en representación de los hacendados criollos que fue elevado al Virrey Cisneros. En este  escrito Moreno defiende la necesidad de establecer el libre comercio. Mezcladas con estas ideas, otro grupo de criollos comenzaba a agitar ideas de independencia.

Entretanto, siguiendo el ejemplo de la población española, un  movimiento juntista intenta organizarse en el Alto Perú, en 1809, donde las incertidumbres provocadas por la crisis de la monarquía española llevaron a levantamientos en Chuquisaca y La Paz.

En este contexto, el Virreinato del Río de la Plata se vio conmocionado con la noticia de la caída de la Junta Central en enero de 1810. Todo el territorio de la Metrópoli había caído bajo el poder de las tropas napoleónicas. La Junta Central había sido reemplazada por un Consejo de Regencia que no poseía ningún tipo de legitimidad. En  Buenos Aires Cisneros debió convocar a un Cabildo Abierto ante la presión de los grupos criollos.

Los sucesos en España, controlada por Napoleón desde 1808, llevaron a un punto máximo el enfrentamiento entre criollos y peninsulares que terminó derivando en un proceso revolucionario que se consolidó entre mayo de 1810 y  el 9 de julio de 1816, año en que estos territorios americanos se declaran independientes de la metrópoli española.

Actividades:

1) Identificá los conflictos que anteceden al proceso emancipador de mayo de 1810.

2) Analizá los fragmentos de fuentes de la época que se presentan a continuación, contextualizá cada uno de ellos y asociálo a un conflicto identificado.

"....La fermentación en que últimamente se había puesto este pueblo, según manifesté a Vuestra Excelencia en fecha 25 del pasado, promoviéndose ideas sediciosas contra el gobierno de que públicamente se habla en los cafés y tertulias, me puso en la precisión de establecer un juzgado de vigilancia, a cargo del activo y celoso fiscal del crimen de esta real audiencia, don Antonio Caspe, con tan buenos resultados que no sólo se ha logrado cortar aquel pernicioso cáncer, sino que se ha descubierto (cosa no común) el autor de varios anónimos seductivos y diabólicos que se esparcían en esta ciudad y se remitían a las interiores…"

Carta del Virrey Cisneros a Martín Garay, Secretario de la Junta Central de Sevilla, de 3 de Enero de 1810. 

"La casa del señor Vieytes en la calle Venezuela, y la de Nicolás Rodríguez Peña, en la calle de la Piedad, tras de la iglesia de San Miguel, servían frecuentemente de punto de unión a los iniciados en el pensamiento de formar un gobierno independiente de la antigua metrópoli. Se inventaban excursiones al campo y partidas de caza para disfrazar el verdadero intento de este figurado pasatiempo..."

Guido, Tomás, 25 de mayo de 1810. Reseña histórica por el brigadier Tomás Guido. Montevideo, mayo 1856.

"…la importación de mercancías de España es hoy día tan rara como en el rigor de la guerra con la Gran Bretaña, y nuestros productos permanecen tan estancados como entonces por falta de buques que verifiquen su extracción[…]pónganse en movimiento e inmediatamente la continuada circulación[…]llenará la Aduana de los tesoros que en otros tiempos producía[…]en la necesidad de obrar nuestro bien, no nos arrepintamos de que tenga parte en el comercio una nación (Gran Bretaña) a quien debemos tanto, y sin cuyo auxilio sería imposible la mejora que meditamos. Estos son los votos de veinte mil propietarios que represento, y el único medio de establecer con la dignidad propia del carácter de V. E. los principios de nuestra felicidad, y de la reparación del erario. "

Mariano Moreno, Representación de los hacendados. Buenos Aires, septiembre 30 de 1809.


• "(La declaración firmada por el capitán de la fragata dice)... que salió de Gibraltar a 22 de marzo del presente año... que sabe que han entrado refuerzos de tropas francesas en España, pero que ignora su número.
Preguntado si sabe que provincias de España ocupan actualmente los franceses, dijo: que Madrid, Málaga, Sevilla...
Preguntado si sabe que se ha hecho de la Junta Central, dijo: que antes que los franceses entrasen en Sevilla se había transferido a la Isla de León, y que en el día está establecida la regencia, e ignora quienes son sus vocales."

 Joaquín De Soria al Virrey Cisneros, remite las noticias de la Fragata "Juan París" 
[Montevideo, 14 Mayo 1810]


·       “1°- Habrá desde este tiempo cesación de hostilidades en ambas bandas del Río de la Plata.
2° - Las tropas de S.M.B. conservarán durante el tiempo de dos meses, contados desde el día de la fecha, la fortaleza y Plaza de Montevideo, y como país neutral se considerará una línea desde San Carlos al oeste, hasta Pando al este....
3° - Habrá de ambas partes una restitución recíproca de prisioneros...
4°- Que para el más pronto despacho de los buques y tropas de S.M.B. no se pondrá impedimento en los abastos de víveres que se pidan para Montevideo.
5° - Se dará el termino de diez días contados desde la fecha para el reembarco de las tropas de S.M.B. a fin de pasar a la banda del norte del Río de la Plata llevando sus armas los que en la actualidad las tengan.
6° - Que llegado el caso de la entrega de la Plaza y Fuerte de Montevideo... se hará en los términos que se encontró y con la artillería que tenía al tiempo de su toma.
7° - Se entregarán mutuamente tres oficiales de graduación, hasta el cumplimiento de estos artículos por ambas partes.”

Capitulación de Whitelocke. 7 de Julio de 1807.


·       “Vengan pues los invencibles cántabros, los intrépidos catalanes, los valientes asturianos y gallegos, los temibles castellanos, andaluces y aragoneses; en una palabra, todos los que llamándose españoles se han hecho dignos de tan glorioso nombre. Vengan y unidos al esforzado, fiel e inmortal americano, y de los demás habitadores de este suelo, desafiaremos a esas aguerridas huestes enemigas …"

Proclama de Liniers. 6 de septiembre de 1806.

VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA

El Virreinato del Río de la Plata.

La dinastía de los Borbones, que comenzó a reinar en España a partir del siglo XVIII, trató de mejorar la forma de administrar el estado  español  y sus colonias. Con esa finalidad se crearon los virreinatos de Nueva Granada en el norte de América del Sur y del Río de la Plata (1776). En el caso de la creación de este último influyeron la importancia que había adquirido Buenos Aires, convertida en capital del nuevo Virreinato, y la amenaza del avance portugués sobre la margen oriental del Río de la Plata.

La superficie del Virreinato del Río de la Plata era muy extensa, pues abarcaba no solo el actual territorio argentino, sino también los de los actuales Uruguay (banda oriental), Paraguay, Bolivia y parte de Chile (alto Perú) y parte del sur de Brasil. El virreinato estaba dividido en unidades político –administrativas: intendencias y gobernaciones. Estas divisiones fueron la base para el posterior surgimiento, tanto de las provincias argentinas, como de nuestros países limítrofes de habla hispana.


Las ciudades dentro del virreinato poseían una relativa independencia ya que estaban dotadas de gobiernos propios integrados por los vecinos más ilustres. El cabildo era la sede del gobierno municipal de cada ciudad. La justicia era impartida por tribunales llamados audiencias.

La economía del virreinato era variada. La zona del Río de La Plata estaba basada en la producción de ganado, especialmente vacuno y caballar. El cuero de las vacas sustituyo a casi todos los demás materiales escasos, creándose la llamada "cultura del cuero". La zona ocupada por la actual Bolivia, era rica en minerales como la plata, por lo cual se desarrollaron explotaciones a gran escala desde el comienzo de la ocupación española. Las provincias del actual Noroeste argentino se posicionaron como proveedores de insumos de las minas bolivianas. El virreinato poseía un comercio monopólico que solamente le permitía comerciar con España o con otras colonias españolas, concentrándose todo el comercio exterior en manos de unos pocos españoles privilegiados. Ante esa situación surgió un intenso contrabando, el cual no era mal visto por la población sino todo lo contrario.

La sociedad colonial americana se encontraba dividida en grupos con marcadas diferencias, que se distinguían por sus rasgos raciales, el grado de poder político que poseían  y el nivel de su riqueza. Ésta sociedad, al igual que la de España, presentaba una marcada jerarquía. El grupo dominante se llamaba a sí mismo “gente decente”, y el sector más desfavorecido estaba compuesto por los esclavos africanos, entre ambo sectores existían otros grupos.

El grupo dominante se componía con los grandes comerciantes, los propietarios de vastas extensiones de tierras (terratenientes) y los altos funcionarios del gobierno y la Iglesia. Era un grupo cerrado, de gente blanca, cuyas familias se emparentaban mediante casamientos y se distanciaban de los otros grupos inferiores. Dentro de la clase principal existían diferencias entre los españoles nacidos en América, llamados criollos, y los originarios de España, llamados peninsulares. Los peninsulares eran los únicos que podían ocupar los puestos importantes en la administración colonial y controlaban el monopolio comercial.

Los blancos pobres se mezclaban con los mestizos, mezcla de indio y blanco, este grupo estaba compuesto por pequeños propietarios de talleres y chacras, el bajo clero y funcionarios menores. Por debajo de estos grupos se encontraban los indios y mulatos, mezcla de negro y blanco cuyas libertades estaban muy limitadas por leyes y prejuicios sociales. Este sector social se ocupaba de las tareas manuales que los blancos despreciaban. Buenos Aires era una especie de centro distribuidor de esclavos. Desde aquí se los vendía y se los llevaba a los distintos puntos del virreinato. En Buenos Aires a los esclavos negros se los ocupaba sobre todo en las tareas domésticas como sirvientes en las casas de las familias más adineradas.

El Virrey Cevallos fue reemplazado por el mexicano Juan José de Vértiz. Vértiz mandó a hacer el primer censo de la población de Buenos Aires en 1778. La ciudad tenía 24.754 habitantes y la campaña 12.925. El nuevo virrey advirtió que Buenos Aires era una ciudad muy descuidada, mal iluminada y aburrida y decidió transformarla. Creo un sistema de alumbrado público en base a mecheros alimentados a grasa de potro que luego fueron reemplazados por velas de sebo .Los faroles eran mantenidos por los serenos, simpáticos personajes que además anunciaban la hora. Vértiz hizo empedrar las calles. Se ocupó de la provisión del agua. Fundó un teatro de comedias, un hogar para chicos huérfanos (la casa de los Niños Expósitos) donde instaló una moderna imprenta, un hospital para mendigos, el Real Colegio de San Carlos (actual nacional Buenos Aires) organizo la policía y fundo varios pueblos en la provincia de Buenos Aires.

Las diversiones del Buenos Aires de entonces no eran demasiadas. Convocaban por igual a ricos y pobres las corridas de toros. El pato, las riñas de gallo, las cinchadas y las carreras de caballo eran las diversiones de los suburbios orilleros a las que de tanto en tanto concurrían los habitantes del centro. Allí podían escucharse los "cielitos", que eran verdaderos alegatos cantados sobre la situación política y social de la época.


Las damas también gustaban de las corridas de toros pero preferían el teatro, la Opera y las veladas, que eran reuniones literarias y musicales realizadas en las casas. Eran la ocasión ideal para conseguir novio. Una vez a la semana "la parte más sana del vecindario", como definía el cabildo a sus miembros, es decir los propietarios porteños, concurría al teatro para asistir a paquetas veladas de ópera y a disfrutar de las obras de teatro de Lavardén. Desde que la inaugurara el Virrey Vértiz en 1783, la Casa de Comedias, conocida como el Teatro de la Ranchería, se transformó en el centro de la actividad lírica y teatral de Buenos Aires hasta su incendio en 1792. En 1810 pudo reabrirse el Coliseo Provisional de Comedias dando un nuevo impulso al arte dramático.

La creación de los virreinatos, pese a los intentos de reforma de los borbones y a cierta leve mejoría en la administración colonial, no fue suficiente para mantener el control sobre las colonias. La crisis en España proseguía y la duración del Virreinato del Río de la Plata fue corta.

Actividad: El Virreinato del Río de la Plata.

·      1. Sintetizá y organizá la información del texto en un cuadro con las características sociales, políticas y económicas  del Virreinato del Río de la Plata.


VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA (1776-1810)
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
ORGANIZACIÓN SOCIAL
ORGANIZACIÓN ECONÓMICA
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1.       2. Justificá la siguiente afirmación: La creación del Virreinato impulsó el desarrollo de la ciudad de Buenos Aires.