> HISTORIA Y GEOGRAFIA NIVEL MEDIO: INDUSTRIALIZACION POR SUSTITUCION DE IMPORTACIONES

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Prof. Federico Cantó

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domingo, 8 de junio de 2014

ISI, MODELO ECONÓMICO

EL MODELO  DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES (1930 – 1952)

La crisis económica mundial desorganizó el sistema económico argentino, basado en la exportación de productos agropecuarios. La crisis y la posterior guerra mundial debilitaron los vínculos de dependencia permitiendo a los grupos dominantes una mayor autonomía en la toma de decisiones.
La nueva organización del mercado mundial estuvo marcada por una situación desfavorable para los productos primarios, por la disminución de las inversiones internacionales y la implantación de barreras proteccionistas en los países centrales.
Este proceso de cambios impactó en la economía nacional e impulsó  modificaciones profundas que provocaron el fin del modelo agroexportador y dan lugar a un modelo de “sustitución de importaciones”.
Luego de la crisis se diferencian dos etapas en la estructuración del poder. La primera es conocida como “la década infame” y comienza con el golpe de estado de 1930 hasta el golpe de 1943. La segunda etapa esta signada por el desarrollo del peronismo.
La crisis de 1930 abrió en Argentina un proceso de expansión y desarrollo industrial basado en la sustitución de importaciones. Este proceso no alteró la estructura social argentina, por el contrario, la oligarquía terrateniente, núcleo del sector dominante, se adaptó a las nuevas condiciones y lideró la nueva organización. A diferencia de los procesos de desarrollo europeos, en nuestro país, no se originó un grupo industrial autónomo y enfrentado con el sector terrateniente sino que surgió dentro de éste último.
La respuesta a la crisis mundial por parte de la oligarquía consistió en recuperar el poder político desplazando al radicalismo yrigoyenista que había alcanzado el poder desde la cración de la ley Saenz Peña, por medio de un golpe de estado. La acción de la oligarquía se caracterizó por una activa intervención del estado con el objetivo de salvar el sistema económico en su totalidad.
Como respuesta a un mercado externo que había disminuido sus demandas de productos primarios (con la consiguiente disminución de sus precios internacionales que provocó un deterioro en los intercambios comerciales con los países centrales) el Estado adoptó la política de regular la producción y comercialización de productos agropecuarios mediante la Junta Nacional de Granos y Carnes.
 Su función consistía  en limitar la producción con el fin de sostener los precios de estos productos disminuyendo su oferta en el mercado. El Estado logró, de esta manera, asegurar la renta agraria para los grandes terratenientes arruinando a pequeños hacendados acentuando el proceso de concentración de las tierras.
El problema más grave fue el peso que adquirió el pago de la deuda externa lo cual obligó superar la falta de divisas. Con esta finalidad se procedió a limitar las importaciones; se cerró la caja de conversión, se impusieron controles de cambio y se creó el Banco Central. Este nuevo período estuvo fuertemente influido por la intervención directa del Estado en la economía.
La alianza estratégica entre argentina y Gran Bretaña que había caracterizado al modelo agroexportador se vio perjudicada en esta etapa por barreras proteccionistas, impuestas por esta última, que otorgaban  preferencia a sus dominios para la importación de carnes. El Estado firmó el Pacto Roca- Runciman para obtener la asignación de una cuota en el mercado de carnes inglés a cambio de un trato preferencial de la inversiones inglesas en Argentina que colocó a la Argentina en una situación de semi-colonia.
Este tratado limitaba los beneficios al sector más importante de productores ganaderos, los invernadores (dueños de grandes extensiones donde engordan al ganado), directamente relacionados con los frigoríficos. Los criadores establecidos en las zonas marginales quedaron subordinados a los invernadores. La conducción del Estado, a partir de 1930 quedó subordinada a los invernadores, vinculados al capital financiero internacional radicado en el país. 
El pacto Roca- Runciman fue el primer paso para recuperar el mercado perdido con la crisis mundial. La persistencia de la crisis los impulsó a buscar una alternativa que se ajustara mejor a la nueva situación. La alternativa más conveniente fue el desarrollo de la actividad productiva orientada al mercado interno. Se elaboró un plan de protección y estímulo a la industria local llamado plan de Reactivación industrial, conocido como plan Pinedo, en 1940.
Se estableció un severo control de algunas importaciones tendiente a equilibrar la balanza de pagos y se estimuló el crédito industrial en los proyectos estatales. Sin embargo, la industria tenía un modesto campo de acción y sus capitales se encontraban estrechamente vinculados a los sectores agropecuarios y con los capitales extranjeros. Esto explica los beneficios que obtuvo el grupo dominante estimulando la expansión de ese sector y explica también el desinterés por un crecimiento industrial más amplio.
La industrialización se limitó a abastecer el mercado interno alcanzando un intenso incremento de la producción sobre la capacidad industrial ya existente, y una rápida acumulación de capital gracias al poder del grupo dominante para reducir al mínimo los ingresos del sector obrero. La resistencia del sector obrero se vio limitada tanto por la recesión y el desempleo como por la debilidad de la organización sindical.
Sin embargo, la industrialización aceleró el proceso de migraciones internas que, empujadas por la crisis del sector agrícola, engrosaron la población del Gran Buenos Aires y se incorporaron al sector obrero. Esta situación modificó lentamente el equilibrio logrado por el grupo dominante. La acción sindical de los trabajadores se orientó hacia la obtención de mejores salarios y condiciones de trabajo. La ola de huelgas entre 1939/1942 fue el elemento que movilizó los cambios de la estructura de poder en la etapa siguiente.

La etapa 1943-1952

A partir de 1943 se produce en Argentina una experiencia política conocida como nacionalismo popular. Su rasgo más notable frente a otras experiencias latinoamericanas fue que surge cuando las posibilidades del proceso de sustitución de importaciones ya habían encontrado su límite. El proceso de sustitución de importaciones se acelera a partir de 1940 por causa de la Segunda Guerra Mundial.
El desarrollo industrial que hasta entonces se había limitado a industrias ya instaladas adquirió un nuevo mercado por la guerra: repuestos, metalurgia, etc. Por otra parte, la coyuntura provocada por la guerra creó una nueva demanda de productos agropecuarios, junto al alza de sus precios, produciendo el ingreso de gran cantidad de divisas y saldos comerciales favorables que convirtieron a la Argentina en acreedora de los países centrales.
Del golpe de 1943 surge un grupo militar partidario de una industrialización de base que asegurase la independencia económica de la nación, llevando el proceso de industrialización más allá de los límites impuestos hasta entonces por el sector oligárquico. En torno a este grupo se aglutinó un sector de industriales autónomos de la antigua fracción terrateniente y el sector obrero.
El movimiento peronista se presentó como una alianza entre los sectores más nuevos y pujantes de la burguesía industrial y la clase obrera, organizada y amparada por el Estado. Este ofició de árbitro entre las tensiones que se generaban en el desarrollo de ambos grupos. Sin embargo, nunca intentó afectar el interés, ni el fundamento del poder de los grandes terratenientes: las tierras.
Una parte de las políticas básicas del peronismo fue la distribución de los ingresos con el fin de ampliar el mercado interno impulsando la industria de los bienes durables. La mayor demanda de productos de consumo orientó a volcar los esfuerzos económicos hacia ese tipo de industrias abandonando el proyecto industrializador, de base en la industria pesada, del ejército. Este tipo de política económica sólo era sostenible en tanto y en cuanto fueran compatibles las variables de acumulación y la redistribución de los ingresos.
El proyecto industrial por sustitución de importaciones que correspondió a la década del treinta y que fue retomado por el peronismo, tendía a beneficiar a las industrias de consumo que se beneficiaban con medidas de protección y estímulo. En un principio fue la industria textil que era fácil de desarrollar, pues se poseían las materias primas e incorporaba a una gran cantidad de mano de obra. La Segunda Guerra mundial extendió la ampliación de las ramas industriales que abastecían al mercado interno. Este proceso concentró el interés del Estado y paralizó los intentos de desarrollo de las inversiones en la producción de bienes de capital.
La nueva orientación del proceso de sustitución de importaciones creó una estructura de coexistencia entre grandes empresas de tipo semimonopólicas con alta concentración y una gran cantidad de pequeñas empresas. La expansión de esta segunda etapa estuvo signada por la utilización intensiva de la capacidad instalada, siendo escasa las inversiones en mejoras tecnológicas generando una dependencia de su subsistencia asociada a la protección estatal. El resultado fue un estancamiento del desarrollo industrial a partir de 1947.
La sustitución de importaciones, al no modificar profundamente las estructuras de producción argentinas, pronto alcanzó sus límites. Esta situación derivó pronto en una mayor dependencia con el exterior de donde  provenían los insumos industriales necesarios para abastecer a las industrias productoras de bienes de consumo. La agricultura y la ganadería fueron incapaces de producir las divisas necesarias para adquirir estos bienes de capital.

Adaptación de ROFMAN, A Y ROMERO L.A,  SISTEMA SOCIOECONÓMICO Y ESTRUCTURAL REGIONAL EN LA ARGENTINA, Amorrou, Bs. As. 1998. P-p 109-202

ACTIVIDADES:

1) Describí el contexto mundial en el que se desarrolla este período desde 1930 hasta 1952?
2) ¿Qué estrategia utiliza el sector terrateniente para recuperar el control político del Estado?
3) ¿Por qué se diferencias dos etapas dentro del proceso de conformación del modelo de sustitución de importaciones?
4) ¿Cómo evoluciona la conformación del grupo dominante en las fases de este modelo?
5) ¿Cómo evoluciona el rol del Estado en estas etapas?
6) ¿En qué aspectos repercuten las migraciones internas sobre la organización del movimiento obrero?
7) ¿Cuáles son los límites de las dos etapas de este modelo?
8) Realizá un cuadro comparativo donde se expresen las diferencias entre las dos etapas del modelo de sustitución de importaciones. Oganizálo de acuerdo a las siguientes categorías: Contexto internacional- Grupos dominantes – Rol del Estado - situación de la clase trabajadora – actividades económicas-
9) Anailizá el cuadro de la segunda fase del modelo y explicá que sucede con la balanza comercial en este período.


sábado, 31 de mayo de 2014

PRESIDENCIAS RADICALES

1916-1930 LA REPUBLICA RADICAL


Los sectores sociales que llegaron al poder con el triunfo del radicalismo eran muy diferentes a la generación del 80. El radicalismo, que en sus comienzos expresaba las aspiraciones de los sectores populares criollos apartados de la vida pública por la oligarquía, había luego acogido también a los hijos de inmigrantes que aspiraban a integrarse en la sociedad, abandonando la posición marginal de sus padres. Así adquiría trascendencia política el fenómeno social del ascenso económico de las familias de origen inmigrante que habían educado a sus hijos.

Las profesiones liberales, el comercio y la producción fueron instrumentos eficaces de ascenso social, y entre los que ascendieron se reclutaron los nuevos dirigentes políticos del radicalismo. Deseaban seguir conquistando prestigio social a través del acceso a los cargos públicos, preocupación que en muchos casos era mayor que la de servir a los intereses colectivos.

Yrigoyen llegó al poder en 1916 como indiscutido jefe de un partido que había intentado repetidas veces acabar con el "régimen" conservador por el camino de la revolución. Yrigoyen representaba "la causa", que entrañaba la misión de purificar la vida argentina. Pero, triunfante en las elecciones, Yrigoyen aceptó la herencia  del conservadorismo: los gobiernos provinciales, el parlamento, la justicia y, sobre todo, la estructura económica en el que basaba la vieja oligarquía. Sin duda, le faltó audacia para emprender una revolución desde la presidencia; pero no es menos cierto que su partido estaba constituido por grupos  marginales que aspiraban más a incorporarse a la situación establecida que a modificarla. Lo cierto es que el cambio político y social que pareció traer consigo el triunfo del radicalismo quedó frustrado por la pasividad del gobierno frente al orden constituido. 

Frente a la dispersión de los grupos conservadores, el Partido Radical tenía una fuerte organización. Se iniciaba en los locales partidarios o comités distribuidos por todos los barrios, a través de los cuales hacían conocer sus propuestas los electores. A su vez, los comités dependían de organismos centralizados que permitían la unidad y la coherencia en la toma de decisiones. Para mantener la solidez del radicalismo, Yrigoyen fomentó el sistema de patronazgo sostenido por los dirigentes locales, llamados “caudillos” o “punteros”, que, a cambio de algunos favores esperaban el agradecimiento en forma de votos. Pese a toda esta organización, en el partido no faltaron problemas: en cada provincia abundaban grupos internos que luchaban por alcanzar el control del aparato partidario. 

Como imitaciones de la gran figura del caudillo nacional, comenzaron a aparecer en diversas provincias caudillos locales populares que dieron a la política un aire nuevo. José Néstor Lencinas en Mendoza o Federico Cantoni en San Juan fueron los ejemplos más señalados, pero no sólo aparecieron en el ámbito provincial, sino que aparecieron también en cada departamento o partido y en cada ciudad. El caudillo era un personaje de nuevo cuño, antiguo y moderno a un tiempo, primitivo o civilizado según su auditorio, demagógico o autoritario según las ocasiones; pero, sobre todo, era el que poseía influencia popular suficiente como para triunfar en las elecciones ejerciendo, como Yrigoyen, una protección paternal sobre sus adictos. 

A diferencia de los políticos conservadores, un poco ensoberbecidos y distantes, el caudillo radical se preocupaba por el mantenimiento permanente de esta relación personal, de la que dependía su fuerza, y recurría al gesto premeditado de regalar su reloj o su propio abrigo cuando, se encontraba con un partidario necesitado, a quien además ofrecía un vaso de vino en cualquier cantina cercana, o se ocupaba de proveer médico y medicinas al correligionario enfermo, a cuya mujer entregaba después de la visita un billete acompañado de un protector abrazo. Y cuando llegaban las campañas electorales, ejercitaba una dialéctica florida llena de halagos para los sentimientos populares y rica en promesas para un futuro que no tardaría en llegar.

Fueron los caudillos o sus protegidos quienes llegaron a las magistraturas y a las bancas parlamentarias en los procesos electorales que siguieron a la elección presidencial de 1916, algunos todavía pertenecientes a familias tradicionales, pero muchos ya nacidos de familias de origen inmigrante. Pero a pesar de eso la estructura económica del país quedó intacta, fundada en el latifundio y en el frigorífico y el gobierno radical se abstuvo de modificar el régimen de la producción y la situación de las clases no poseedoras. 

La política económica radical no fue más que una continuación de lo actuado en el período anterior. La economía siguió basada en la producción primaria  agroexportadora. Empero, los precios del mercado internacional, aunque muy lentamente, comenzaron a bajar desde 1914 y los productos manufacturados que el país importaba empezaron a costar más en relación con el precio de los cereales. Así se fue creando una situación cada vez más difícil que condujo a una crisis general de la economía cuyas manifestaciones se hicieron visibles en 1929, al compás de la crisis mundial.

Una industria relativamente poco desarrollada, que había crecido durante la primera guerra mundial pero que se comprimió luego, una organización fiscal que obtenía casi todos sus recursos a través de los derechos aduaneros, y un presupuesto casi normalmente deficitario caracterizaron en otros aspectos la economía argentina durante la era radical.

Por el contrario, ciertos principios básicos acerca de la soberanía nacional, caídos en desuso, fueron   retomados por el radicalismo. Donde no había situaciones creadas, como en el caso del petróleo, Yrigoyen defendió enérgicamente el patrimonio del país. Durante el primer gobierno de Yrigoyen se creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales (Y.P.F) para impulsar la explotación del petróleo. Cuando Alvear asumió a la presidencia designó al Coronel Mosconi al frente de Y.P.F, quién logró darle un fuerte impulso con el objeto de lograr el autoabastecimiento y a eliminar la competencia privada.


ACTIVIDAD:
1) Identificá el grupo social, y cuales eran sus objetivos, que impulsa al radicalismo.
2) Describí la figura del "caudillo" y las formas en que se relacionaba con los votantes.
3) Explicá como se desarrolla la política económica de las presidencias radicales.
4) ¿ Cómo describirías la relación del radicalsimo con el movimiento obrero y por qué?